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SEGURIDAD DEL PACIENTE Y COMUNICACIÓN DE ERRORES CLÍNICOS


Dr. Luis E. Pedrozo O.

Médico Pediatra

Magister en Bioética

Jefatura del CTI de Niños y Recién nacidos del

Hospital Regional Salto -ASSE

Salto. República Oriental de Uruguay.


 

SEGURIDAD DEL PACIENTE Y COMUNICACIÓN DE ERRORES CLÍNICOS


tenemos derecho a equivocarnos, pero no a desentendernos de nuestros errores”.

Jordi Gol I Gurina



La relación del paciente junto a su familia con el equipo asistencial se basa en la confianza, y este es el bien primordial que define el resultado final de dicho vínculo en cuanto a las relaciones humanas que se dan intrínsecamente. La OBLIGACIÓN DE COMUNICAR surge de esa premisa y tiene fundamentos éticos y deontológicos.


Informar un evento adverso a los padres es una demostración práctica de los valores y principios que deben respetar los integrantes del equipo asistencial y la institución en la que desempeñan sus tareas. Cuando se informa un error clínico se requiere de humildad, valentía, integridad, honestidad, lealtad y responsabilidad de parte de las personas encargadas de establecer tal comunicación, valores que deben ser cumplidos para actuar de acuerdo a la ética profesional.


Desde la ética la primera y más importante consideración es el respeto a la dignidad humana, no debemos nunca ignorar a los niños ni a las personas que son decisores y están involucradas en el cuidado de sus hijos, siempre se debe tener en cuenta que los padres y familiares quieren saber. La dignidad está representada en la relación asistencial médico-paciente por el derecho a ser informado, derivado del principio de autonomía en la doctrina del consentimiento informado, donde consta que la información que el médico brinda debe ser veraz, clara, en un lenguaje comprendido y entendido por las personas que reciben la información, y no debe ser manipulada de forma que tenga influencia en decisiones que sean consecuencia de esta información.


El principio de “no maleficencia” rige la seguridad del paciente, fundamenta todas aquellas decisiones dirigidas a evitar el error y es relevante previamente a que se produzca el mismo. En segundo lugar, se afecta el principio de “justicia” dado que el error y la falta de seguridad obligan a invertir recursos extra con un alto coste de oportunidad.


Una vez producido el error clínico cobra protagonismo la persona afectada y los principios que más defienden su dignidad: “autonomía” y “beneficencia”. El paciente y sus familiares tienen el derecho a saber que ha pasado y a reclamar ayuda apoyo y reparación del daño causado. Esto implica derivaciones deontológicas de la ética de la seguridad clínica dentro de las cuáles destacamos: no desentenderse del seguimiento de los errores y la obligación de reparar el daño producido con todos los medios y diligencia, informando a los padres, al paciente (si corresponde) y/o familiares de las circunstancias del error para lograr una reparación moral beneficiente. En la práctica: haber desarrollado métodos para detectar, reconocer y registrar el error, que el mismo sea aceptado, pero fundamentalmente que se tenga la capacidad de enfrentarlo. Una parte importante para ello es poseer la competencia necesaria para comunicarlo adecuadamente a los involucrados.

El error clínico la mayoría de las veces se produce a consecuencia de un olvido, una precipitación, falla de organización u planificación estratégica, o de otros factores causales que pueden identificarse en distintos niveles de responsabilidad. Sin embargo, los médicos y profesionales que actúan en la asistencia directa de pacientes críticos no pueden renunciar a sus propios niveles de responsabilidad. Debemos rendir cuentas de nuestra práctica clínica, no se trata de una cuestión secreta, estamos expuestos a auditorías y a informar a los involucrados respondiendo sus preguntas y, en este marco, a informar de los eventos adversos que se producen. Tenemos la obligación profesional de practicar hábitos de trabajo seguro, repasar nuestras acciones y reflexionar sobre ellas para poder mejorarlas y sostenerlas en el tiempo.


ASPECTOS DE LAS DEMANDAS LEGALES

Desde la perspectiva de la obligación de comunicar el error clínico a los afectados, no podemos dejar de lado la razón legal que es la que tiene implicancia en las responsabilidades civiles de nuestros actos como profesionales y que afectan no solamente al médico sino también a la institución donde se desarrolla la actividad asistencial sanitaria. El hecho de que se produzca una comunicación a la familia y que el médico responsable enfrente este compromiso aporta elementos positivos en su beneficio respecto a las consecuencias que pueden provocarse que afectan la consideración de la familia a judicializar el hecho o no, y también al resultado final de un proceso legal.


Cuando los padres inician una demanda legal el objetivo buscado es más que una compensación económica o demostrar la responsabilidad culposa de un profesional. Es habitual que esta decisión sea el resultado del daño provocado por el error clínico, pero también cobran importancia el manejo inicial del profesional o el equipo responsable y la estrategia de comunicación utilizada. Diversos estudios muestran que el factor más importante en las decisiones de la gente para hacer juicio no es negligencia, sino una deficiente comunicación con los pacientes.


La reacción adecuada de los profesionales debe ser dar la cara, empatizar con el dolor ajeno, reconocer el daño provocado, no ocultar información esencial y no desentenderse del seguimiento del paciente. Cuando se analizan las razones de los familiares para iniciar una demanda legal surgen cuatro temas predominantes:

  • Mejorar la calidad asistencial, evitar que se repita el evento. Efecto preventivo.

  • Buscan explicación y conocimiento de los hechos, ¿cómo y porqué sucedió?

  • Compensación por pérdidas económicas, daños psicológicos dolor y sufrimiento.

  • Consideran que el profesional o la institución deben responsabilizarse de sus actos.

En definitiva, los familiares que optan por una acción legal buscan una mayor honestidad, un reconocimiento a la severidad del daño provocado y asegurarse que no se vuelva a repetir el hecho para no afectar otros pacientes. Esto pone de manifiesto una deficiencia notoria en el proceso de comunicación de un error clínico lo que lleva implícito una falla en reconocer las necesidades emocionales de las personas afectadas cuya relevancia es igual y en algunas circunstancias mayor a las necesidades físicas.


PROCESO DE COMUNICACIÓN y DISCULPA DEL ERROR CLÍNICO


LO QUE NO SE DEBE HACER

  1. Retrasar en el tiempo la comunicación a los padres o la familia:

  • Se producirán cambios en la evolución clínica y muchas veces en el tratamiento que alertarán a la familia, demandando explicaciones que no fueron dadas oportunamente lo que generará desconfianza y afectará la relación con el equipo asistencial.

  • La mayoría de los afectados (pacientes y familiares) quieren ser informados inmediatamente.

  • Evitar que la información llegue a la familia a través de un “escape” de información desde el equipo asistencial.

  • Evitar que la información llegue a la familia durante una eventual judicialización del proceso asistencial por otra causa.

  1. Ocultar el error clínico total o parcialmente.

  2. No disponer de información completa y veraz:

  • Por qué y cómo ocurrió el error.

  • Daño que se produjo.

  • Medidas que se adoptaron para disminuir y/o reparar el daño.

  • Medidas que se adoptaron para evitar que el error se repita.

  1. Establecer la comunicación únicamente a través de personas entrenadas para tal fin, desconocidas por los familiares o que no tuvieron vínculo alguno previo. Evitar que el profesional responsable participe en el proceso de información.

  2. No tener un pedido de disculpas. Existen trabajos que demuestran que hasta un 39% de los afectados no efectúa demanda legal si recibe adecuada explicación y disculpas. La disculpa genera confianza, mejora la relación médico-familiares, y es una oportunidad para el cambio cultural del reconocimiento del error en el ámbito sanitario.

  3. Informar en el pasillo.

  4. Olvidar el registro de todo el proceso de comunicación e información.

  5. Llegar tarde o no ir a las reuniones.

  6. Desentenderse del seguimiento o no cumplirlo, lo que incluye sostener una vía de información constante en el tiempo que el paciente continúe bajo la asistencia médica.

INFORMAR Y PEDIR DISCULPAS

Según el Dr. Aaron Lazare “un buen pedido de disculpas ayuda a la curación, pero una disculpa incorrecta solamente empeora la situación”. La solicitud de disculpas permite: reconocer que un error se ha producido y determina fallas, restablece la dignidad y empodera a los afectados, muestra que quien cometió el error esta emocionalmente afectado y siente un compromiso de cuidado hacia el paciente, promueve reparaciones y acciones correctivas.


Un pedido de disculpas efectivo contiene cuatro elementos:

  • Reconocer el error: tomar la responsabilidad y afirmar que no es un hecho aceptable. Nunca se debe minimizar el error ni sus consecuencias.

  • Explicar lo sucedido: forma parte de informar.

  • Expresar los sentimientos y emociones en forma controlada. Manifestar decepción.

  • Ofrecer ayuda y disponibilidad para colaborar o reparar daños provocados.

Escuchar atentamente a los padres y familiares es tan importante como las palabras y gestos que se usan al hablar. De ser necesario, es posible sugerir un tiempo intermedio y volver a comunicarse luego de un relativo breve período, el objetivo es lograr un dialogo más efectivo una vez que los padres y familiares sean capaces de comprender el pedido de disculpas y aceptar el reconocimiento a su dignidad, a sus derechos.

 
 

QUIENES DEBEN PARTICIPAR

Los padres, aquellos familiares que los padres deciden que estén presentes, pero con la precaución de limitar a un número de personas prudente y coherente. En ausencia de padres deben estar los responsables del niño que son los decisores principales, así como los cuidadores principales si corresponde.

El profesional de mayor jerarquía a cargo del cuidado del paciente junto con aquel o aquellos profesionales directamente involucrados en el error clínico.

Puede considerarse la presencia de un testigo que necesariamente será un integrante del equipo asistencial (equipo médico o de enfermería) pero no está directamente involucrado en el cuidado del paciente. No participara de forma activa en el proceso de información.


CUANDO INFORMAR

Lo antes posible. Nunca retrasar. Sin embargo, existen situaciones que por la gravedad de las consecuencias del error clínico o las circunstancias en que se produjo está justificado debido a que se requiere la comunicación al equipo de gestión o a la directiva de la institución.


DONDE INFORMAR

Tener en cuenta el contexto o entorno. Idealmente un lugar privado donde puedan sentarse médicos, padres y familiares.

 

COMO INFORMAR Y QUÉ DECIR


 

REGISTRAR

Una vez finalizada la entrevista se debe registrar en la historia clínica:

  • Fecha, hora y duración de la misma.

  • Quienes participaron.

  • Quien fue el informante principal.

  • La descripción realizada del evento y las preguntas y dudas planteadas por los padres y familiares.

  • El conjunto de acciones en común acuerdo que se seguirán en la evolución.

  • Solicitudes y requerimientos realizados por los padres y familiares respecto del futuro cuidado de su hijo, sobre todo en lo que respecta a los profesionales involucrados directamente en el hecho.

En resumen, son muchos los aspectos que los profesionales de la salud deben tener en mente para tener una comunicación efectiva con la familia. Los puntos antes mencionados más que ser una guía clínica, permiten tener anticipación y reflexionar las potenciales situaciones que puedan presentarse.



Photo by Nathan Dumlao on Unsplash

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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