Dr. Miguel Céspedes Lesczinsky
Médico Pediatra, Certificado Terapia Intensiva Pediátrica
Hospital Materno Infantil Boliviano Japonés, Trinidad, Bolivia.
Twitter: @patamarilla
No existe conflictos de intereses a declarar.
“Nadie busca lo que no conoce”
F. Castro
La infección asociada a la atención en salud (IAAS) se define clásicamente como aquella que aparece 48 horas luego del ingreso, durante la hospitalización o hasta 72 horas después del alta. El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Atlanta (Center of Desease Control, CDC) define a la IAAS como aquella que no está presente o incubándose en el momento del ingreso al hospital, que se manifiesta clínicamente o es descubierta durante un procedimiento quirúrgico, endoscópico, otro procedimiento o prueba diagnóstica o que se base en criterios clínicos. Las IAAS son consideradas como un Efecto Adverso (EA) de la atención sanitaria. Los EA son definidos como todo accidente imprevisto e inesperado, que ha causado lesión y/o incapacidad y/o prolongación de la estancia hospitalaria que deriva de la asistencia sanitaria y no de la enfermedad de base del paciente. La bacteriemia relacionada con el catéter venoso central suele ser la primera causa de IAAS en pacientes pediátricos críticos, seguida de la neumonía asociada al ventilador mecánico, y la infección del tracto urinario secundaria al uso de sonda vesical. A las dos primeras se les atribuye el 60% de mortalidad. La tasa de las IAAS en la unidad de terapia intensiva pediátrica (UTI-P) es de 18,7%5. La prevalencia de las IAAS difieren entre regiones, así en EEUU se reporta entre 5 a 7%, en Latinoamérica tiene una prevalencia que oscila entre 7 a 40%. La OMS reporta una prevalencia de 5,7% y 19,1% en los hospitales de mediana y alta complejidad.
La unidad de Terapia Intensiva Pediátrica del Hospital Materno Infantil Boliviano Japonés de la ciudad de Trinidad se estableció como tal el año 2010, con el paso de los años y el entrenamiento del personal de manera paulatina (no contábamos con terapista intensivo pediátrico) se fueron mejorando las condiciones de trabajo, de atención en calidad y calidez y aún cambiamos permanentemente en función de las evidencias que mejoren la salud del paciente que requiere una atención mucho más cuidadosa, al mismo tiempo también aumentó la mortalidad, esta que siendo más observadores nos fuimos dando cuenta que se debían a infecciones que se adquirían en la UTI P, no importando la enfermedad de base con la que ingresaban los pacientes a la misma, alarmante fue darnos cuenta que en la gestión 2013 teníamos una tasa de mortalidad de casi 45%, siendo luego en las dos gestiones posteriores arriba de 20% (tabla 1) fue el momento en que nos planteamos la necesidad de conocer qué pasaba, entonces comenzamos a indagar, buscar, registrar, investigar y capacitarnos todos para lograr saber ante que nos enfrentábamos, lo decidimos hacer retrospectivamente desde la gestión 2012, esto dio lugar que al inicio de la gestión 2016 tuviéramos un panorama más o menos concreto de la situación, entonces supimos que muchos pacientes tenían bacteriemia asociada a catéter, neumonía asociada al ventilador, infecciones por cándida debido al uso de sonda vesical, pero lo más importante quizás, los gérmenes, puesto que a pesar que deducíamos que eran pacientes que estaban cursando con una IAAS los tratamientos instaurados o los cambios de antibióticos no daban un buen resultado, supimos entonces que Klebsiella, Enterobacter y Burkholderia eran las más prevalentes, esta última causaba una altísima mortalidad (véanse las tablas 2 y 3) y conocimos la sensibilidad antibiótica (tabla 4)
TABLA 1. Mortalidad por año gestión.
TABLA 2. Gérmenes más frecuentes en la UTIP
TABLA 3. Gérmenes y mortalidad.
TABLA 4. Sensibilidad de los gérmenes más prevalentes.
Luego de conocer qué había, decidimos que era necesario saber qué hacíamos mal, por ello en la gestión 2016 aplicamos el llamado protocolo de Londres, una versión revisada y actualizada de un documento previo conocido como “Protocolo para Investigación y Análisis de Incidentes Clínicos”. Se desarrolló teniendo en cuenta la experiencia en investigación de accidentes, tanto en el sector de la salud como de otras industrias que han avanzado enormemente en su prevención. Su propósito es facilitar la investigación clara y objetiva de los incidentes clínicos.
Fue entonces que decidimos aplicar dos programas que han sido adoptados por la Alianza Mundial por la Seguridad del Paciente de la OMS para su extensión en todo el mundo, los protocolos bacteremia zero y neumonía zero, cada uno con sus respectivos pasos a seguir o directrices, el primero requiere: antisepsia de la piel, higiene de manos, sistemas de barrera, número de luces del catéter, uso de los mismos, mantenimiento y manipulación del catéter, retiro de los CVC no necesarios o contaminados, ya el protocolo neumonía zero tiene como básicos: formación y entrenamiento en la manipulación de la vía aérea, aspiración de secreciones, repite el lavado de manos estricto antes y después, higiene bucal con clorhexidina, evitar cambios programados de tubuladuras, humidificadores, TET y retirar la VM lo más pronto posible, están insertos otros pasos, pero nosotros no contamos con el equipamiento para ello, por lo que decidimos hacer lo que se podía hacer con lo que tenemos. Este programa se llevó a cabo durante la toda la gestión 2017 y entonces medimos los resultados, estos fueron a nuestro entender increíbles, se logró reducir el número de cultivos de CVC, de secreción de tubo (hasta antes de emprender esta aventura se enviaba la punta del TET a cultivo, lo que se sabe ahora no es válido), así también las infecciones por sonda vesical (gráfico 1), se mantuvieron altos los hemocultivos a expensas de Burkholderia que hasta la fecha es nuestro talón de Aquiles, pero se redujo la mortalidad a causa de la misma (gráfico 2)
GRÁFICO 1. Métodos de aislamiento de gérmenes nosocomiales.
GRÁFICO 2. Mortalidad asociada a Burkholderia.
En cuanto a los gérmenes, se redujo la prevalencia de Klebsiella, Enterobacter, Staphylococcus, Pseudomona y cándida (gráfico 3)
GRÁFICO 3. Gérmenes más frecuentes en UTIP en los periodos evaluados.
Conociendo la sensibilidad antibiótica nos permitió hacer los cambios de tratamientos adecuados apegados al antibiograma ante la primera sospecha de IAAS; esto sin duda dio por resultado que la mortalidad asociada a las mismas se vea reducida de manera drástica.
Aún a la fecha mantenemos la guardia alta, pues seguimos teniendo IAAS, en algunas épocas con un aumento que nos lleva siempre a tener capacitación constante, a revisar de nuevo lo aprendido, a hacer de nuevo lo ya hecho, a recalcar no bajar el entusiasmo de todos en la unidad, pero sin duda debemos conocer que tenemos para saber qué hacer, pues es nuestro lema “nadie busca lo que no conoce”. Es nuestro ánimo al dar a conocer esto que otros puedan tener siempre presente que el trabajo no es fácil pero la recompensa alta. La primera etapa de este trabajo la pueden ver aquí: http://www.scielo.org.bo/pdf/rccm/v20n1/v20n1_a05.pdf. La otra etapa estamos en preparativos para poderla publicar. Todo el trabajo en su conjunto cuenta con la anuencia de la dirección ejecutiva y departamento de docencia y enseñanza del hospital para ser realizados y publicados. Mención especial a la Dra. Zurama Velasco, puntal durante todo el desarrollo de este trabajo así como al equipo de Residencia Médica de Pediatría.
BIBLIOGRAFÍA
1. Norma Nacional de infecciones asociadas a la atención en salud.
2. Programa de la OMS «Una atención limpia es una atención más segura»,
3. Protocolo de Londres:
Palabras claves: IAAS, UTI P, cultivos, gérmenes, mortalidad.